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Etiqueta: supermercado

La viejita

La viejita

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Una viejita fue al mercado y puso en su canasta las latas más caras de comida para gato.

Luego fue a pagar en la caja y le dice con orgullo a la cajera : “Solo compro lo mejor para mi gatito”.

La cajera le dice: “Lo siento, pero no le podemos vender comida para gato sin que usted tenga pruebas de que tiene un gato. Muchos ancianos compran comida para gatos y por necesidad luego ellos mismos se la comen, el gobierno quiere pruebas de que usted está comprando la comida realmente para su gato”.

La viejita se fue a casa, agarró su gato y lo trajo a la tienda  y le vendieron la comida para el gato.

El día siguiente la viejita fue a la tienda a comprar 12 galletas para su perro y la cajera esta vez le exige prueba de que ella también tenía un perro, alegando que muchos ancianos a veces comen hasta comida para perro.

Frustrada la viejita fue a casa, regresa trayendo a su perro.
Finalmente le dieron las galletas para perro.

El siguiente día ella trajo una pequeña caja que tenía un hueco en la tapa.

La viejita le pide a la cajera que metiera su dedo en el hueco de la caja.

La cajera dijo,

«No, quizá usted tenga allí una serpiente, Ud.. tiene muchos animales».

La viejita le asegura que no habrá nada en la caja que la mordiera.

Entonces la cajera rápidamente mete y saca el dedo del hueco de la caja y le dice a la viejita:

«Esto huele a  mierda».

La viejita con una sonrisa de oreja a oreja le  dice a la cajera:

Ahora, querida, ¿puedo comprar tres rollos de  papel higiénico…?»

Adios mamá

Adios mamá

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Un hombre joven estaba haciendo la compra en el supermercado, cuando notó que una viejecita le seguía por todos los sitios.

Si él paraba, ella paraba,
además de quedársele mirando!

Por fin, camino de la Caja, ella se atrevió a hablarle y volviéndose le
dijo;

‘Espero no haberle incomodado; Es sólo que usted se parece mucho a mi hijo
que falleció recientemente.

‘El joven con un nudo en la garganta, le dijo que estaba bien, que no había
problema.

Sé que lo que le voy a pedir es algo poco común, pero si usted me dijera
‘Adiós mamá’ cuando me vaya del supermercado, me haría tan feliz!

El joven sabiendo que era un gesto que llenaría el corazón y el espíritu de
la viejecita, accedió.

Entonces, mientras la viejita pasaba por la caja registradora se volvió y
sonriendo, con la mano le dijo ¡ADIÓS HIJO!

Y él lleno de amor y ternura le respondió efusivamente ¡ADIÓS MAMÁ!

El hombre, satisfecho por haberle dado un poco de alegría a la viejecita,
fue a pagar su compra.

‘Son 423,85 euros’ le dijo la cajera.

¿Por qué tanto? si sólo llevo cinco cosas!

Entonces la cajera dijo:

‘Si, pero su MAMÁ indicó que usted pagaría sus cosas también’

MORALEJA:

No te fíes de las mujeres.!!!!!!
(Gracias Vlady)