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Etiqueta: el hombre perfecto

Diario de una insatisfecha

Diario de una insatisfecha

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He encontrado al hombre con el que soñamos todas las mujeres. El hombre perfecto. Y ahora que lo tengo… no sé qué hacer con él. ¡Es demasiada responsabilidad! Es como tener una cámara digital con autofocus y zoom incorporado… Que si la foto sale mal, ¡esta claro que es culpa tuya!

Porque él es comprensivo, sensible, detallista… lee el Cosmopolitan…
¿Qué digo ‘lee’? ¡Lo subraya! La verdad es que es maravilloso. Para empezar, recuerda todas las fechas… Y cuando digo todas, es todas: me mandó flores el día que hicimos una semana, el día que hicimos un mes, el día de mi cumpleaños, el día de mi santo, el día de la mujer trabajadora..
¡Que tengo la casa que parece la tumba de Lady Di!
Bueno, y cada vez que vuelvo de la peluquería…. ¡él lo nota! Se me queda mirando y me dice:
– Cariño… tú te has saneado las puntas…

¡Es que se fija en todo! Aunque esto tiene sus problemas… Me alaba tanto la lencería que luego no tengo valor para ponerme bragas normales.
Vamos, que el tanga me ésta haciendo una fístula.
Y, sobre todo, no me lleva nunca la contraria: estoy harta de ir a ver comedias románticas. Por no hablar de cuando vamos de compras…
Oye, ¡que le pone interés! Le pone tanto interés que me agota…
Yo destrozada, y él: Venga, cielo, sólo una tienda más… yo: No, de verdad que éste me gusta…
Y él:- Jo, eso lo dices para que nos vayamos…
Por no hablar de lo humillante que es salir con el hombre perfecto: no bebe nunca; con lo cual, yo parezco Massiel. Come menos que yo; con lo cual, yo parezco… Massiel. Y baila de puta madre, con lo cual yo parezco…Massiel.
¡Y encima está buenísimo! Yo, para arreglarme, necesito tres horas. Y salgo hecha un asco. Él, en cinco minutos, se ha duchado, se ha puesto perfecto y me ha limpiado el baño. Que entro yo pensando que me lo voy a encontrar todo hecho un desastre… y me lo encuentro impoluto… Que me dan ganas de decirle: ‘¡Pero bueno! ¿Dónde me has puesto los pegotes de
maquillaje que había dejado yo aquí, en el lavabo?
Oye, ¡que no hay forma de enfadarse con él! No saben cómo echo de menos esas reuniones con mis amigas poniendo verdes a nuestros novios… Ahora ya ni voy. ¡Para no poder ni abrir la boca…! El otro día fuimos a cenar a casa de unos amigos y ellos se pusieron a discutir. Y yo le dije a mi novio:
¡Ayyyy… qué bonito! Cariño, tú y yo nunca hacemos esas cosas…
Solo una vez creí que íbamos a discutir! Llego a casa y me pregunta:
Cielo… ¿Tú has metido en la lavadora tu tanga rojo con mis camisas blancas?

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